BAFICI: Suban el volumen (XI)

El BAFICI tuvo, como todos los años, secciones dedicadas a la música. En esta oportunidad, les contamos cuales fueron los films que estuvieron en boca de todos y de los que todos quieren saber. Vamos entonces a los títulos fuertes:

Meeting People Is Easy

Amantes del rockumentary (y de la música en general): Meeting People Is Easy, del director británico Grant Gee, es una película de visionado obligatorio.

En este interesante documental sobre una de las bandas de rock progresivo más famosos del mundo, Gee acompañó a los integrantes de Radiohead durante su gira de presentación de OK Computer (entre 1997 y 1998), álbum que fue catalogado por muchos críticos musicales como «el mejor disco de la década de los noventa», y que catapultó a la banda a la fama mainstream a nivel mundial.

Con un excelente trabajo de dirección de Gee, quien supo captar la esencia del grupo en un momento crucial de su historia, accedemos a los entretelones de la gira, las tribulaciones, el fastidio, el tedio, el cansancio extremo, el malestar que los muchachos de Oxford sentían al momento de enfrentarse con su ascendente fama. Todo esto está documentado en el film, acompañado por testimonios de primera mano y valiosas imágenes de archivo. En medio del caos, la calma (y la gloria) encuentran espacio en cada acorde que suena, donde los músicos despliegan su talento, y los espectadores nos sentimos cómplices afortunados al presenciar momentos reveladores, como cuando toman forma algunas canciones que luego integrarían discos posteriores, como How To Disappear Completely y una versión de Nude (fundamental pieza en el otro perfecto disco In Rainbows).

La edición dinámica – alternando entre los shows alrededor del mundo, las letras de las canciones y momentos íntimos- que estructura y le da solidez a la narración del documental, sumado a la genial obra musical de Radiohead, resulta en una experiencia insuperable. Meeting People Is Easy se convierte entonces en una película indispensable para quienes gustan del género. Y queda la sensación de querer más, más aún si es posible.

Grant Gee es un director inglés de larga trayectoria en el mundo de los videoclips y documentales musicales. Ha colaborado con diversas bandas y artistas de renombre, como Radiohead, Gorillaz, Joy Division, Blur, U2, Scott Walker, John Cale, Coldplay y Nick Cave & The Bad Seeds. Fue uno de los invitados a esta 14° edición del BAFICI, donde presentó sus películas (exhibidas en la sección Focos) y respondió amablemente a preguntas del público presente en las salas.

Joy Division

El documental de Grant Gee ya había sido exhibido en una edición anterior del BAFICI. En tal ocasión, también se había proyectado otra película sobre la banda de Manchester, Control, dirigida por Anton Corbjin. Mientras el film del (también) director de videoclips Corbjin es una biopic, Joy Division es un documental que se centra sobre la banda y cuenta con los testimonios de los miembros y personas que colaboraban con ellos.

Manchester, ciudad fabril del norte de Inglaterra, uno de los puntos principales del movimiento de rock New Wave y testigo del surgimiento de Joy Division, sirve de marco para el documental oficial que la banda comisionó a Gee en 2007. A lo largo de la película, accedemos a los orígenes de la banda, sus motivaciones, sus diferencias y las diversas peripecias por las que transitaron hasta el desenlace trágico de Ian Curtis (quien se suicidó a los 23 años, en pleno ascenso de la banda), todo esto a través del testimonio de los integrantes.

Y, si bien la figura del cantante está presente a lo largo de la película, no es su pilar principal. El film de Gee está estructurado por entrevistas individuales, y material de archivo inédito hasta el momento de su estreno (hay grandes fotografías de los shows, de la banda, el arte de tapa de los dos discos, y videos filmados por amateurs de las primeras presentaciones en clubes), compaginado con la música de Joy Division.

Joy Division es un muy buen documental sobre una gran banda, con buenas escenas de los shows, anécdotas divertidas -cortesía de Peter Hook-, momentos de culpa y autorecriminación por parte de los protagonistas, e intervenciones valiosas a cargo del referente indiscutido de la movida de Manchester, Tony Wilson (dueño de la emblemática Factory Records). Una película ideal para conocer en mayor profundidad a la banda británica de rock que marcó un hito en la escena musical.

*Bonus track: el director Grant Gee estuvo presente en una de las proyecciones de Joy Division en la 14° edición del festival, y enriqueció la experiencia con sus comentarios sobre las dificultades de la producción. Según Gee, cuando fue contactado para realizar el documental, tardó unos pocos segundos hasta decir que “sí”, dada su admiración por la banda, la cual escuchaba en su adolescencia. Explicó también que al comienzo del rodaje establecieron un departamento donde se realizaron las entrevistas durante 3 semanas, y destacó que en ese momento “Los New Order se hablaban entre ellos”, situación que se modificó en el transcurso de los siguientes 6 meses, dificultando la producción.

En cuanto al material de archivo, contó al público presente en la sala que fue un arduo trabajo de recolección, ya que gran parte del material estaba en manos de fanáticos que no accedían a compartirlo, a menos que le pagaran grandes sumas de dinero (puntualmente, contó un caso que le pedían U$S 50.000 por un video). Hubo decisiones estéticas y de edición que tomar para cubrir ciertas carencias de archivo. Y otro gran desafío, explicó, fue la inminente enfermedad de otro testigo principal, Tony Wilson, cuyo estado se fue deteriorando progresivamente a medida que continuaban la filmación, y finalmente no llegó a ver el documental concluido.

Pink Floyd – The Wall (en el Planetario)


No es fácil plantearse una reelaboración creativa de uno de los discos más influyentes de la historia de la música, eso está claro. Esta película del director Aaron McEuen transita las canciones del mítico álbum de Pink Floyd acompañándolas de un collage de imágenes que, por momentos, juega con referencias puntuales de la imaginería de The Wall (su punto más sólido, tal vez) y, por otros, parece diluirse en la más absoluta literalidad de las letras de las canciones, con pasajes que desentonan con la profundidad de la obra. Se puede destacar el trabajo de algunas animaciones bien logradas que, por momento, logran captar la esencia de la música, y traducen un poco de ese mundo floydeano, pero, en general, el trabajo queda a medio camino, y deja la sensación de no haber aprovechado el potencial del trabajo original.

Se supone que el bonus de esta película sería la experiencia de la proyección en fulldome, pero luego de un rato, es casi inevitable preguntarse si no se trata de un film demasiado extenso como para exhibirlo en ese formato.

Inni

La banda islandesa Sigur Rós ofreció su último concierto en 2008 en el Alexandra Palace de Londres, y allí estuvo el director Vincent Morisset con sus cámaras, para registrar ese momento especial, de manera especial.

Las canciones van transcurriendo a lo largo de la película, como casi flotando en un blanco y negro que enmarca de maravilla los primeros planos de los integrantes, mientras despliegan su talento musical. Con algunas (pocas) intervenciones de material de archivo, y una estética minimalista, el testimonio principal de los protagonistas está dado por la música, por la potencia de sus acordes, acentuados por el reconocible falsete del cantante Jón Þór Birgisson.

Inni logra ir de la calma absoluta al éxtasis total en escasos segundos, con tan sólo sumergirse y dejarse llevar por la sonoridad de Sigur Rós. Una grata experiencia musical cinematográfica.

Vincent Morisset es un director canadiense dedicado a proyectos web, videoclips y cortos animados como Bla Bla (2011). El 14° BAFICI exhibió sus películas Inni y Miroir Noir (sobre la banda Arcade Fire).

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