
#BAFICI24: Arturo a los 30

La nueva película de Martín Shanly (Juana a los 12), que forma parte de la Competencia Argentina, es la historia de un joven treintañero que se encuentra estancado en un momento de desconcierto de su vida.
¿Qué querés hacer de tu vida? ¿Cómo vas a hacer con tu vida? Arturo, interpretado por el propio Shanly también uno de los guionistas de la película, asiste en marzo del 2020 a un casamiento donde se reencuentra con amigos, ex amigos, familia y la sombra de un ex. Este muchacho que decidió en algún momento llevar un diario utiliza como hincapié esa larga e interminable noche de fiesta para ir y venir en el tiempo, desentrañar relaciones y sobre todo tratar de entender cómo es que se llegó a ese bloqueo con la vida, cayendo de techo en techo prestado.
Con pizcas de humor y bastante nostalgia y melancolía, Arturo a los 12 va de menos a más. Amistades que van y vienen, amoríos que no fueron, un duelo que no parece terminar, una hermana con la cual no puede comunicarse, son algunas de las historias que se van entretejiendo alrededor de un Arturo inseguro que en algún momento pone sobre la mesa el evidente estado en que su salud mental se encuentra.
Tampoco es azarosa la fecha de ese casamiento. En esa fiesta el covid empieza a aparecer como algo que todavía no se sabe qué es, si es real o producto de las exageraciones de los medios. En un mundo en constante cambio, Arturo y todos tenemos que aprender a vivir y adaptarnos como podemos. Y a lo mejor algunos necesitamos que el mundo se detuviese un poco para poder ubicarnos y seguir.
Quizás la historia en algún momento presente demasiadas aristas, bucee entre demasiados personajes, y algunas cosas queden a medio camino o sin una clara resolución. Pero la construcción psicológica del personaje, que a la larga no hace más que narrar un diario íntimo y en un diario nunca hay una historia completa (se escribe cuando se puede y sobre todo cuando se necesita escribir), está bien lograda a lo largo de las diferentes escenas, algunas que parecen casi una pesadilla aun con lo absurdo.
Arturo a los 12 retrata la angustia generacional de una manera agridulce, que parece muy pesimista durante casi todo el relato pero hacia el final se da vuelta. Y es el mejor tipo de optimismo el que elige: aquel que no aspira a que todo es posible, a que todo se puede lograr si lo deseás realmente (¿cómo se desea realmente?), sino a que lo importante es intentar, de a poco. «Creo que estoy pudiendo», dice su protagonista y entendemos que ese paso fue enorme.