
BARS XV (Día I): Encerrados
Arrancó con todo la decimoquinta edición del Festival Buenos Aires Rojo Sangre. El día miércoles 29 de octubre, pudimos acudir a la función especial de presentación del festival en donde, además del festejo y el clima de jolgThe Forgottenorio habitual en estas jornadas; se dio a conocer como preestreno exclusivo la proyección del nuevo filmde John Erick Dowdle (Quarantine, La Reunión del Diablo) Así en la tierra como en el infierno.
Ya en el día jueves, comienzo oficial del festival para el público general (A la función del 29 se accedía solo por invitación o a través de un concurso) pudimos disfrutar de una jornada doble y variada. En cuanto al film de Dowdle, con cierta similitud llamativa al film Catacumbas de Tomm Coker y David Elliot, se trata de una nueva aproximación al mundo del found footage.
Tenemos a un grupo de exploradores que se adentran en la míticas cavernas ocultas debajo de las calles de París; un lugar en el que no abunda la luz pero sí los huesos de cadáveres ocultos hace antiquísimos años. Por supuesto, que lo que comienza como una aventura se convierte en una pesadilla al descender a lo que parece ser el verdadero infierno. Nuevamente la técnica del metraje encontrado le otorga poco más que una cámara convulsiva, sumado al hecho que la excusa cuesta mantenerla.
Razgos de terror psicológico con golpes de efecto y situaciones algo descabelladas. Lo mejor quizás sea el elenco de nuevas figuras. Pronto tendremos una reseña extensa del film en su estreno comercial, pero podemos adelantar que no me cerró demasiado.
Ya en el día siguiente pudimos ver The Forgotten, ópera prima inglesa de Oliver Frampton. Terror de interiores y sugestión, “género” que el Reino Unido viene exponiendo bastante seguido en los últimos años. Un adolescente, Tommy tiene que ir a vivir con su padre a un edificio londinense, abandonado y apunto de demolerse. Entre la introspección y la relación forzada entre ellos, Tommy empieza a escuchar ruidos cada vez más extraños provenientes de al lado. A esto súmenle la presencia de una chica, Carmen, que despertará algo en Tommy.
Film de climas, que se toma su tiempo para llegar al asunto y luego se apresura un tanto sobre el final, como si importase más la sugestión que la concreción. Mezcla de drama, thriller y terror; es un film pequeño pero interesante quizás sin destacarse demasiado. Tiene sus buenos momentos de pavor ideales para ser disfrutados en una sala.
También pudimos ver La Secta film argentino dentro de la Competencia Iberoamericana. Es fundamental antes de adentrare en ella saber quién es su director, Ernesto Aguilar, un hombre con un extenso material de rodaje dentro del ámbito independiente de nuestro cine de género, con tópicos variados. La protagonista es Kalima (Patricia Fishman) una joven que llega del interior queriendo probar suerte.
Concurre a una entrevista laboral, pero en ese lugar funciona una extraña secta que, entre otras cosas, se dedica a la explotación sexual. Aguilar juega a la tensión, hay subgénero rampage y venganza, hay perversión y palabras medidas. La técnica es simple pero algunos planos interesantes de perspectiva sobresalen del bajísimo presupuesto. No podemos adelantar mucho de los sucesos que vivirá Kalima porque precisamente ahí estará el nudo de La Secta; film que toma un tema sensible como la trata de blancas y lo encuadra dentro del estilo under nacional. Quizás no se para el público amplio, pero sobre todo, los aficionados al cine de Aguilar quedarán más que satisfechos.
Tres films donde el encierro signa el clima circundante de los argumentos. Mucha atmósfera, más insinuación que exposición (en algunos casos) y fuerte espíritu de experimentación. El BARS mostró sus primeras garras, esto recién comienza.