Entrevista: Julia Martinez Heimann «En Argentina el apoyo del INCAA a los documentalistas es fundamental».
EspectadorWeb dialogó en exclusiva con una de las directoras de la película.
“Trabajadores de la danza”, filme de Julia Martinez Heimann y Konstantina Bousmpoura muestra la posibilidad de utilizar el arte para transformar realidades, y hablamos con una de las directoras para conocer más del proceso de realización en conjunto.
¿Cómo fue el trabajo de campo y la investigación previa al rodaje?
Comenzamos con la investigación a finales del año 2009, cuando conocimos a los fundadores de la CNDC (Bettina, Victoria, Ernesto, Pablo, Wanda y Jack) y nos invitaron a un ensayo sobre una coreografía colectiva que se haría en la antigua Biblioteca Nacional. Inmediatamente nos sentimos interpeladas tanto por su lucha por los derechos laborales de los bailarines como por su propuesta de crear una compañía nacional bajo una dirección colegiada. Les pedimos participar documentando y registrando su cotidianeidad y el progreso del proyecto colectivo y fuimos aceptadas. Allí comenzamos entonces el trabajo de campo que fue directamente planificado como una investigación realizada a través de medios audiovisuales.
¿Cuánto tiempo duró?
La primera etapa de nuestra investigación fílmica duró desde el 2009 hasta fines del 2011 y se basó en la observación participante, en conseguir material de archivo y en construir el vínculo con los bailarines a través de entrevistas grupales e individuales. Nos interesaba registrar su lucha día a día y ser partícipes de su historia. El año 2012 seguimos la investigación pero nos abocamos principalmente a la búsqueda de recursos para poder producir un documental. Cuando obtuvimos el subsidio del INCAA pasamos a la segunda instancia del proyecto que culminó el año 2014 con el registro de la movilización multitudinaria de la comunidad de la danza para el ingreso de la Ley de danza al Congreso de la Nación.
¿Cómo lograron la empatía para que se abran tanto a tu propuesta?
La primera etapa de la investigación fue muy importante para construir una relación de confianza con los bailarines. Fue claro desde el inicio que compartíamos las mismas inquietudes en cuanto a los derechos de los trabajadores de la cultura. Y por otro lado nos acercamos con un interés genuino de conocer, aprender y poder compartir lo que ellos tambien tenian para comunicar. En esta etapa los bailarines eran diez y el equipo técnico reducido. A Bettina, Victoria, Ernesto y Pablo, que fueron los primeros que conocimos antes de que la Compañía creciera, los acompañamos durante siete años. Un gran lapso de tiempo que nos permitió conocernos muy bien y ayudarnos mutuamente en el proceso de la construcción de la Compañía. Aún recordamos cuando los chicos el año 2010 nos pidieron que les hiciéramos los trailers de sus primeras obras, “Oda a Nosotros mismos, la que sepamos todos” de Rakhal Herrera y “Hamutay” de Laura Roatta. Fue un momento muy lindo donde sentimos que formábamos parte de la historia de la CNDC. En la segunda etapa la Compañía había crecido mucho y algunos de los nuevos integrantes no nos conocían. Aun así tanto la primera directora artística Cristina Gómez Comini como todos los nuevos integrantes aceptaron el proyecto y participaron en todas nuestras propuestas: filmar las obras para la cámara, hacer entrevistas grupales, asistir a sus asambleas, estar en los ensayos y en los camarines.
¿Cómo fueron las jornadas de rodaje?
Fueron hermosas, extensas, laboriosas. Especialmente en la primera etapa, pasabamos horas y días junto a la Compañía. Observando, registrando, compartiendo ideas y reflexiones, acompañándolos en sus procesos de conformación como colectivo artístico. Registramos todos sus ensayos y funciones incluyendo los ensayos pre-generales, estrenos, y camarines. En este momento éramos sólo Konstantina y yo. En la segunda etapa, con un equipo de producción completo y un presupuesto planificado nos concentramos en dos meses de rodaje que fueron también muy intensos y lindos.
¿Qué dificultades técnicas se encontraron durante el rodaje?
El registro documental de danza no es sencillo. No es sencillo poder plasmar el espíritu de una obra de danza en otro formato. Y no fue sencillo contar con un equipo de producción que pudiera atender las dificultades de sonido e iluminación que el registro de una obra coreográfica conlleva. Además teniendo en cuenta que estábamos desarrollando un registro documental, donde la atención está dirigida a lo inmediato y a lo espontáneo, y en nuestro caso a la captura de la sutileza de las palabras y los pasos, muchas veces debíamos resignar la planificación para adaptarnos a las necesidades del momento. Hicimos igualmente un gran equipo de trabajo con Konstantina Bousmpoura, mi co-directora. Y en la segunda etapa con Pigu Gómez, el director de fotografía, cuya mirada y aporte fueron fundamentales. En este sentido, nos sentimos agradecidas con todo el equipo de rodaje. Fue un trabajo colectivo y muy bien coordinado.
¿Fue más fácil dirigir de a dos?
Fue más divertido, creativo y complejo. Dirigir de a dos tiene sus pro y sus contra. Por un lado todo el intercambio y la reflexión acerca de los procesos se hacen muy ricos. Además en nuestro caso el tener con Konstantina diferentes nacionalidades y bagages académicos enriqueció mucho nuestra mirada. Por otra parte, si bien es cierto que tomar decisiones de manera conjunta modifica los tiempos, la velocidad no era una meta en nuestro trabajo. Pero además, el trabajo basado en decisiones colectivas nos interesa a ambas, y es justamente en este punto donde nos identificamos también con la Compañía.
¿La película se plantea como una profunda reflexión sobre el trabajo y las oportunidades, en qué las modificó el haberla hecha?
La película nos modificó en cuanto personas y en cuanto trabajadoras de la cultura. Hoy valoramos aún más el trabajo colectivo. El compartir día a día durante casi siete años las tareas, dificultades y alegrías de un proyecto nos hizo ser testigos de cómo las decisiones -tanto las nuestras como las de los bailarines- están atravesadas por las experiencias personales y laborales. Confirmamos que la acción colectiva es un camino para conquistar y mantener los derechos fundamentales. Y que las luchas que más nos interesan son transversales. Asimismo, esta experiencia nos hizo valorar mucho el trabajo en equipo.
¿Al ser documentalistas les es más difícil conseguir los fondos para financiar un proyecto?
En Argentina el apoyo del INCAA a los documentalistas es fundamental. Desde el año 2007 existe la “quinta vía documental ”, surgida a partir de la demanda de los propios documentalistas, que fue un elemento central para el ingreso de nuevos cineastas a la industria. Konstantina de hecho, en relación a su experiencia en Grecia, observa que las condiciones de producción audiovisual en los últimos años fueron en Argentina bastante favorables y justamente en este momento estamos luchando para que esto no se pierda.
¿Cuáles son sus expectativas ante el estreno?
Si bien nuestro estreno en Argentina es nuestro gran anhelo, tuvimos el estreno internacional en Grecia, en el Festival de Documental de Thessaloniki, que fue muy hermoso. En cuanto al estreno nacional deseamos que el documental sea un aporte para seguir confiando en la fuerza de la acción colectiva para llevar a cabo demandas y reivindicaciones sociales y que sea también un aporte para la lucha de la comunidad de la danza en pos al ingreso de la Ley de Danza en el Congreso de la Nación. Y por supuesto que la gente se identifique y disfrute con la historia que llevamos a la pantalla.
¿Están con nuevos proyectos? ¿En conjunto o por separado?
Acabamos de empezar con Konstantina una serie de acciones y eventos vinculados a Trabajadores de la danza (como documental y proyecto de investigación) que entre otras cosas incluyen la edición de un artículo, sobre danza y política, por una editorial inglesa: la participación en un laboratorio, sobre imaginación política y representación visual, en la Universidad de Perugia y un workshop que se va a realizar en el Festival de Danza Contemporánea de Kalamata (en Grecia). En lo personal estoy lanzando también en la primera semana de mayo una serie semanal sobre filosofía y política, Debates y Combates, que hemos realizado junto al equipo audiovisual de la Universidad Sarmiento.