
Entrevista: Luz Ruciello «Omar construyó la sala para dar y recibir amor».
Luz Ruciello estrena “Un cine en concreto” un documental que cala hondo en los cinéfilos y la comunidad cinematográfica.
“Un cine en concreto” desanda los pasos de Omar, un hombre que ha sabido llevar hasta las últimas consecuencias su amor por el cine, acompañado SIEMPRE por los suyos. Un relato sobre la voluntad y la necesidad de vivir para lo que uno ama.
¿Cómo llegaste a Paradiso?
Llegué por haber combatido el aburrimiento de una tarde gris de invierno. Para vencer el tedio, con Lluís Miras Vega, el fotógrafo de la película, salimos a pasear en auto por los pueblos vecinos de Colón, Entre Ríos, donde vivía mi mamá. Fue puro instinto o pura casualidad. Iba diciéndole a Lluís, por acá, por allá hasta que apareció ese cartelito que divisé de suerte. En vez de decir KIOSKO, decía CINE. Paramos el auto y nos bajamos a mirarlo de cerca. ¿Un cine acá? Omar apareció y nos mostró la sala. Cada detalle tenía una gran historia detrás.
¿Cómo fue proponerle a Omar hacer una película sobre él y el cine?
Yo creo que él la estaba esperando. Siempre estuvo muy aislado y solo. Fue muy fuerte cuando la pasamos en la apertura del Festival de Lima, Perú. La película terminó y la gente aplaudía, hasta ahí, lo normal. Recuerdo haber mirado a Omar y a Soledad Laici, la productora ejecutiva y mi compañera de batalla. Sonreímos satisfechos. Luego esos aplausos se extendieron y se convirtieron en una ovación. Lo aplaudieron de pie. Por fin Omar recibió el cariño y el reconocimiento que se merece. Fue hermoso.
¿Qué obstáculos fuiste encontrando?
No podría explicarlos por la gran cantidad que fueron. Lo que sí puedo resaltar es que la dificultad principal que tuve que enfrentar fue conmigo misma. Con el hacer y con la voluntad, con creer en mi misma, en definitiva.
¿Cómo apareció el juego de palabras del título?
Apareció como aparecen las ideas, así de repente, como caída el cielo. Opino que hay que dar el espacio para que sucedan, para que fluyan. Fue muy tempranamente y jamás pensé en cambiarlo. Se convirtió en un bloque más para construir la película.
¿Llegaste a ver alguna película allí? ¿Qué sensaciones tuviste?
Si, vi varias! La verdad que es muy lindo porque Omar hace su ritual: espera a la gente en la entrada, habla con todos, luego entran, cierra las ventanas y las cortinas, la puerta que va hacia el baño, chequear el volumen, busca el control remoto. Alguien hace un chiste, a veces cuenta de que va la peli porque alguien pregunta. Él construyó la sala para dar y recibir amor. Es su refugio en el mundo.
De la cinefilia de Omar brotó una historia de resistencia y pasión ¿qué sabías que no ibas a mostrar y qué si incorporaría?
Yo no creo que Omar sea cinéfilo. Se trata de otra cosa. El cine lo salvó de su infancia dura, le abrió un mundo de fantasía y lo convirtió en un soñador. Pasa películas pochocleras que nada tienen que ver con la exquisitez del cine. Esta es una muy buena pregunta. Desde siempre sabia que no iba a mostrar su miseria, que no quería nada que haga sentir pena por él. Es un luchador, un ejemplo para la inmensa mayoría. Sabía que quería lograr mostrar su tenacidad y su perseverancia. Hay detalles hermosos que no pude filmar, como suele pasar. Lo vi reciclar clavos, los quitaba de unos lingotes de madera y los ponía en una cajita. Dos años o tres después, lo vi abrir la cajita y enderezar los clavos para usarlos de nuevo.