Entrevista: Ricardo De la Vega “Soy un kamikaze que decidió apostar al cine y al arte”.
La tercera película del realizador Ricardo De la Vega (“El Chocón, las voces que no se escucharon” (2014) se verá a las 17 horas en la Casa del Bicentenario.
Acompañando al film, el director llegó a Buenos Aires y hablamos con él sobre la propuesta, un repaso sobre una de las obras más emblemáticas de Argentina, generando un flujo migratorio al lugar de más de 5000 habitantes, y cómo ésta determinó a aquellos que participaron del proyecto para siempre.
¿Por qué decidís trabajar siempre con problemáticas locales en tus películas?
Para revalorizar el trabajo que han hecho las personas y como un mimo para que se hagan conocidos, en este caso se tenía idea de que se estaba haciendo una obra, información técnica, sobre la configuración de la sociedad y los capitales, cómo en el ’61 se puso la piedra fundamental y hasta el ’67 se hizo la obra, vino gente de muchos lugares, y entre eso, el hiato de la laguna, y el descubrimiento del dinosaurio, resurge El Chocón como ciudad turística, hasta ese entonces todo se transmitía oralmente.
¿Qué vínculo tenés con el lugar?
Yo viví ahí, y eso me permitió contactar a los vínculos que configuraban la sociedad, una localidad federal en un territorio provincial, en el que se vivía como en una caja de cristal, aislados, configurando un entramado cultural y social con leyes, los que participan en el documental es gente que vivió allí. Este documental es la primera parte, va a haber dos más, hubo un “choconazo”, que duró un mes, un hito social a nivel provincial y país, fue minúsculo en relación al “Cordobazo”, pero fuerte.
¿Fue complicado ordenar el material y pensarlo como película?
Lo hice en base a cinco preguntas, qué significó llegar al Chocón, expectativas y qué aportaron, la mayoría de los testimonios son familiares, para mí son como familia, sigo yendo al lugar, así indagué. Que me conocieran facilitó mucho eso.
¿Fueron reacios a responder?
No, puede ser en pueblos originarios que pase, pero acá no.
¿Cómo conseguiste el material de archivo?
Tengo la suerte que la gente me lo brindó, lo preservaron ellos, una empresa italiana que estuvo en la obra, cuando se enteraron que estaba haciendo el documental me lo enviaron, yo tenía fotos y material.
Hay algunas imágenes de un evento de la empresa ¿estuviste en él?
Es de ex empleados, sabían que estaba con el documental, los directivos me conocían de chico y me invitaron.
¿Hubo dificultades en el rodaje?
No, si de emociones, porque en la segunda parte se habla de cosas dolorosas, no hubo problemas u obstáculos.
¿Eso es lo que te dio ganas de avanzar?
Sí, y después avanzo con la historia de la familia que vendió las tierras para el proyecto, las anécdotas, los testimonios, cómo se hizo la venta a Aaramburu, que tuvo que ir para poder hacer la transacción, es muy interesante. Creo que siempre hay obstáculos, pero por los tiempos, tratar de encontrar a todos en un lugar.
¿Te ponés deadlines?
No, y todo es tan dinámico que depende de los tiempos de cada uno, estoy con un documental para la Universidad del Comahue, y además con el Festival de Cine Independiente de Neuquén, que es nuevo, son tres días y además intentamos recibirlos de la mejor manera, pero quiero que sea como un espacio para difundir su trabajo.
¿Es difícil llegar a otros espacios con el trabajo?
Sí, yo pude mostrar en la Biblioteca Nacional mi documental anterior, pero se ha visto más afuera que acá, por eso el Festival intenta difundir eso.
¿Pensaste fusionar las tres partes del documental?
Estamos pensando con el Secretario de Cultura de Neuquén y el intendente de El Chocón hacer micros o flash para el museo, con la cotidianeidad y conflictos.
¿Cuáles son tus expectativas ante la presentación en la Casa del Bicentenario del documental?
Muchas, estoy nervioso, como el muchachito del interior que viene a presentar su trabajo, que fue hecho con pasión, porque el día que pierda el interés por lo que hago bajo la cortina. El cine es algo interdisciplinario en el que convergen muchas cosas, eso lo hace rico, poder hacer un trabajo, con un guion, la dinámica que se hace es mucho. Valoro y respeto a la gente que hace. Soy un kamikaze que decidió apostar al cine y al arte.