
Una hamburguesa SUPERsize me!
Hola mis queridos amigos, Aquí nuevamente. Una vez mas nos encontramos aquí reunidos para conmemorar la fabulosa y fantástica cocina (Guau, me siento como si fuera un predicador…) bueno, esa no es la idea. Estoy así como obnubilado, si es verdad, porque en este momento, en este mismo instante estoy sintiendo el aroma a te que comienzan a desprender esas hebras suaves que fueron seleccionadas una por una. Comienzo a escuchar el sonido del agua recorrer mi tetera única y antigua, tanto como unos 70 años. Es verdad, es de acero inoxidable y además es eléctrica. Estoy seguro que no queda alguna igual en este continente. Coloco la taza debajo de la canilla con su grifo nacarado. Debo reconocer que me siento muy afortunado de tener a solo un metro una reliquia que me trae satisfacciones increíbles. Un momento…el te ya esta listo.
Ahora si, con el te servido y en su punto, me tomo un minuto para preparar mi “Robusto”. Cierro la puerta de la sala por que no quiero que su perfume se disipe sin hundirme en su aroma. Ya estoy listo…
Hoy les voy a traer una receta superadora, en relación a un documental que ví hace un tiempo y que persiste en mi memoria. El film en cuestión es“Super Size Me” (2004)… y ha sido muy controversial porque ha retratado una experiencia fuerte de un documentalista que comió durante 30 días seguidos, la comida de McDonalds. Si, todos los días, tres comidas diarias. Este trabajo, dirigido y protagonizado por Morgan Spurlock es único. Nos muestra las desventajas de este tipo de comida y el mal que les hace su ingesta repetida al organismo. Les aseguro que no podrán quitar los ojos un segundo, encara un tema que merece ser debatido. Estamos hablando de la comida chatarra. Ya no es siquiera «fast food», porque hacerse un bife a la plancha y comerlo con un tomate partido al medio debe demorar el mismo tiempo de cocción y no merece comparación… No, mi intención no es llevar esto a un debate sin sentido. Quiero decir, por ejemplo, que como cocinero defiendo a capa y espada la cocina clásica, si es de la abuela, mejor. La comida elaborada con muchos ingredientes y en especial aquellos que gozan de abundantes proteínas, vitaminas y minerales. Aprendí de mi abuela Constanza, una europea de sangre y para ser mas exactos Lituana, una cocina natural. La abuela Constanza no preparaba nada que estuviera envasado, todo era natural y en especial de la huerta del abuelo Venceslao que regenteaba dos veces al día. Como este documental trata este tema que mundialmente ya es un tema inclusive judicial como es el lugar donde la cadena McDonalds nació (California – 15 de mayo de 1940) Si, judicialmente se le ha prohibido la venta de algunos productos, salvo que la cadena modifique ingredientes para que los productos contengan en especial menos grasas saturadas y estos sean mas naturales. Mas allá de esto debo reconocer que aquí en Argentina McDonalds fue un gran furor, lo sigue siendo pero menos. Además voy a comentarles algo que debo confesar…si, llevo a mis hijos a esta cadena y es mas soy uno de los fanáticos del BigMac. Con esto quiero decir que si bien defiendo la cocina natural como ya expresé anteriormente…una hamburguesa muy de ves en cuando vale la pena disfrutar…
Pero hoy voy a compartir con todos ustedes una receta única, fantástica, increíble, que recomiendo realizarla a la parrilla, a fuego medio, rodeados a amigos los viernes o sábados por la noche; o con la familia y en especial los niños el día domingo. Inviten a los chicos a meter la mano en la carne (higienizadas, lógicamente) dejen que jueguen dándole la forma que deseen y ustedes los grandes disfruten de ver esos ojitos brillantes observando como la misma se cocina lentamente en la parrilla. Les aseguro que gozaran de momentos inolvidables. Vamos a dejar de ver a la hamburguesa como algo simple, que sólo se disfruta en el ambiente de un local de fast food y las vamos a reinventar de manera que sea única. Una hamburguesa SUPERsize me, pero sana. Natural. Nutritiva. Aromática. Sabrosa.
De esta manera queridos amigos quiero informarles que hoy estamos en Argentina de riguroso luto, si acaba de fallecer: La pizza y la cerveza, el sushi y el champagne, la pizza a la parrilla y el gancia…pero estemos felices porque nace algo único: “Hamburguesas caseras a la parrilla”…
Vamos a la receta:
Carne magra: un kilo cortada en cubos
Ajo: un diente
Cebolla: un cuarto de una mediana
Morron colorado: un cuarto de uno mediano
Orégano seco: una cucharadita de te.
Perejil: dos cucharadas picado fino.
Extracto de carne: una cucharada (en su defecto un sobre de caldo de carne en polvo)
Pimienta: C/N
Salsa tabasco: C/N
Manteca:
Azúcar: una cucharadita al ras de te.
Un cubito de hielo.
ATENCION: como verán en ningún momento dije SAL, la sal será para colocarla al final de la cocción.
Elaboración:
Colocar en la procesadora el ajo, la cebolla, el morron, el orégano, el perejil, la pimienta, la manteca y el azúcar y procesar. Luego agregar la carne, el extracto de carne, la salsa tabasco y el cubito de hielo. Procesar hasta unificar.
Ustedes se preguntaran ¿Por qué un cubito de hielo?…no se los voy a decir por nada del mundo, que la intriga los consuma en vida… ¡es un chiste!
El motivo del hielo es que la carne debe hidratarse, teniendo en cuenta que lleva más ingredientes, de lo contrario quedaría no muy agradable.
Colocar las hamburguesas a la parrilla y acompañarlas con un pan elaborado para ellas, con sésamo (ustedes entienden) y además una clásica hamburguesa se sirve con tres partes de ketchup y una parte de mayonesa, lleva una cucharada al ras de cebolla finamente picada, hojas frescas de lechuga capuchina, rodajas finas de pepinillos y una feta generosa de queso cheddar (En la actualidad se consigue en los super) De mas esta decir que acompañan muy bien: fetas de jamón, fetas panceta ahumada, roquefort, finas rodajas de tomates, huevos fritos (Los prefiero poche o a la plancha) y todo aquello que le guste a la familia.
Tengan en cuenta que para los grandes…pueden servir las hamburguesas al plato (Sin pan) con papas a la parrilla o vegetales ídem, o ensaladas a gusto, de la jefa de la familia.
A disfrutar que de eso se trata, saludos del alma…
Adolfo Loyola