
“Ichseh, Ichseh” (Goodnight Mommy): La maldición gemela
Con algo de retraso llega a nuestra cartelera una de las películas que fue suceso de género el año pasado, y que pudo verse en la última edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, en donde acrecentó su fama a nivel local. Ópera prima en la ficción del dúo Severin Fiala y Veronika Franz, pretende ofrecer esa vuelta de tuerca al terror que pareciéramos esperar cada vez que nos llega un título del género que escapa a la periferia de Hollywood, en este caso proveniente de Austria.
En este caso, se inscribe dentro del subgénero del terror familiar con una atmósfera cerrada, violenta, y un secreto a resolver que nos traerá reminiscencias claras. Luego de una introducción cuasi onírica, pasamos a la historia de los gemelos Lukas y Elias (Lukas y Elias Schwarz) que aguardan solos en una casa aislada, de grandes aberturas, mientras juegan inocentemente. Al lugar llega la madre (Susanne Wuest), venida de una operación de cirugía plástica, totalmente vendada. La situación pasa rápidamente de la alegría a la extrañeza.
La madre se muestra fría, distante, algo hostil, y especialmente a uno de ellos pareciera preferir ignorarlo, no dirigirle la palabra. Los niños, que recuerdan momentos de más cariño, comienzan a sospechar lo que pareciera imposible, que en verdad esa no es su madre, que la que arribó no es más que una embustera; e impondrán un macabro plan para desenmascararla. De a poco, la armonía y la pasividad irán dejando paso a un sadismo inusitado aplicado de los niños para con la mujer, y ya podemos sospechar cualquier cosa, o no.
Fiala y Franz crean un ambiente ascético, donde predomina el blanco; y completan con una atmósfera suave, casi de ensueño, que se corta con los tonos rojos y la violencia que puede ser verbal, gestual, o directamente terriblemente física.
Las referencias son clásicas, podemos pensar en Los Otros, con la conflictiva relación de una madre con sus hijos aislados, el cine de Haneke, sobre todo el segundo en cuanto a la puesta en escena, y en la ignorada The Other del gran Robert Mulligan de la que toma mucho de su premisa más allá de centrarse en dos gemelos perversos.
El sadismo explicitado es puntual en determinadas escenas, pero cuando llega es fuerte, no es tanto un raid violento como salpicadas inesperadas; lo cual quizás lo haga más perturbador y menos convencional. Los directores vienen de presentar el documental Kern en el que tambipen jugaban con el límite del morbo, y Franz es conocida como guionista de la “saga” de films Paradise que también se inclinaban por lo morboso, en ese caso desde lo sexual.
Goodnight Mommy produce una sensación constante de tensión, en eso el aporte en la dirección actoral, en las correctas aperturas para que no sea puro teatro, y la composición de los niños Schwarz (que realmente meten miedo) es fundamental. Entre los niños y la madre hay una extraña química que también hace que todo sea fluido y creíble. Pero se trata de resolver el misterio sobre esa mujer, si realmente es quién dice ser, por qué trata así a los niños (o a uno directamente no trata), y por qué esos niños deciden averiguar la verdad de ese modo.
Ahí, en donde la película debería hacerse más fuerte, el guión arroja quizás demasiadas pistas o guiños, y una mirada un poco atenta pueda resolver el caso demasiado pronto con una escena clava y muy obvia. Si se entrar en el juego y nada se adivina, todo será sorpresa y el momento frente la película será de lo más grato. Pero quienes se avispen antes de tiempo, pueden aguardar ver una resolución lógica, y descubrir que todo se puede volver algo maniqueo o manipulador con tal de aletargar lo que ya sabemos.
Goodnight Mommy puede no ser la maravilla de la que varios hablaban, pero estamos frente a un film que si bien no ofrece del todo originalidad es correcto en su planteo y entrega el entretenimiento y la técnica necesaria para no ser una más dentro de la cantidad de títulos del género que llegan por semana.
Anexo de Crítica por Rolando Gallego