
«Begin again» (¿Una canción de amor puede salvar tu vida?): melodía desencadenada
Tengo mucha debilidad por las historias de comedias románticas. Aunque sepa que son malas, todas las veces me emociono cuando se encuentran o desencuentran y salgo a los suspiros. «Once», la película anterior de John Carney (quien también escribe en esta ocasión), ya me había gustado por su aparente simpleza y dulzura y claro que no me pude resistir a ésta.
Lo bueno de «Begin Again» es que no intenta ser una película “que te cambie la vida”. Es una historia pequeña, sin demasiados altibajos más que la música y cómo la van creando, pero sobre todo es una historia sobre gente que se perdió de vista a sí misma y se vuelve a encontrar.
El cuento empieza con Dan (Ruffalo), un hombre que parece haber logrado dinamitar su vida entera como productor musical y como padre, que luego se encontrará con un talento en bruto, el de Gretta (knigthley), una compositora que fue abandonada por su novio (Levine) cuando este apenas empezó a tener un gustito a fama.
Con una paleta con marcados colores tierra, esta chica desaliñada con toques masculinos en su vestimenta, se paseará junto con este productor y unos cuantos músicos grabando un disco por toda la ciudad que, siendo Nueva York, no podemos evitar enamorarnos de la primavera, de ella, de los extras y hasta de las canciones (que si no fuera por los arreglos serían todas más o menos iguales).
El caleidoscopio se completa con geniales secundarios como Catherine Keener y Hailee Steinfeld y hasta la incursión de Adam Levine a quien por su voz y belleza le perdonamos que tenga las capacidades actorales de una chaucha.
Respondiendo a cada una de las marcaciones del género, tendremos a las dos líneas de acción paralela del chico que busca chica, las rupturas con historias anteriores, el punto de encuentro (en este caso con un par de rulos temporales que funcionan muy bien), el de desencuentro, la prueba que los enfrenta a los ex, etc.
Pero funciona. Es tierna y ligera. Y tremendamente musical (gracias al cielo, no todas bajo la voz de Keira) que te hacen pensar en conseguir toda la música de la película para jugar por las calles con el mismo playlist. A lo mejor se la olvidan a la media hora de verla, pero que la van a pasar bien, lo harán.
Anexo de Crítica por Verónica Quírico
Cuando vi el título de esta película en los anuncios de un cine, me paré delante de él y no puedo negar que llamó mi atención. Me interesó la pregunta y quise saber de que manera proponía el director irlandés John Carney, responderla.
Cada tramo del film, me fue sumergiendo en un mundo musical intenso y profundo.Un recorrido ligado con notas que poco a poco iban hilando la trama.
Quién puede resistirse al trabajo de Keyra Knigthley? Ya la vimos en “Piratas del Caribe” como la heroína valiente que desplegaba además de sus encantos, una belleza física singular, flexible, firme y encantadora.
En “Begin again” la cámara cuenta con ella, quien además de interpretar cómodamente a una Gretta tan llena de mohines irradiantes de emociones, nos invade con la química que produce en pantalla junto a un Mark Ruffalo distendido, al punto de alejarse de los encuadres mas técnicos. En esta cinta se despliega una historia de amor musical, melodías con ese dejo de redención que todos en algún momento anhelamos.
Un párrafo aparte para mencionar al repertorio de canciones con un tenor introspectivo, que por sí solas, ya justifican estar embelesado frente a la pantalla.
Quizás se puedan preguntar que hacen allí, sin embargo, el clima de la cinta y la carga de situaciones tan empáticas de pronto te envuelven y te encontras haciendote esta pregunta ¿Una cación puede salvar tu vida?
Ruffalo da vida a un Dan Mulligan, al que poco le falta para convertirse en un limosnero. Dan, quién fuera en otros tiempos un reconocido visionario en el mundo de la música en un sello discográfico exitoso fundado por él, pero que por circunstancias personales, no era en ese momento mas que un desdichado que intentaba continuar la vida, pero absolutamente desde el abatimiento, y por supuesto, como sucede en este caso, las cosas siempre se ponen peor.
En una de esas noches de vagabundeo sin sentido por los bares de Nueva York, termina varado en la barra sumido en un trago, de pronto se siente atraído por la voz de Gretta, quien es invitada a pasar al escenario por un amigo, en la noche que ella se entera que es abandonada por un novio con quien fue a probar suerte en la megametropolis.
Demás estar decir que justamente el son de la interpretación venìa tan lleno de significado, que Dan pasa a estar eúforico mirándola, escuchándola, imaginando el sonido de los muchos instrumentos que acompañaban a la voz de aquella chica y su guitarra.
Allí sucedío. Un punto de inflexión. Un desvío en el camino que auguraba una meta mas alentadora es lo que condujo a los protagonistas a invadir los espacios mas emblemáticos de Nueva York, con interpretaciones melódicas cargadas de sentido, para producir un demo que, de manera metafórica, les daba a los dos la posibilidad de sanar viejas heridas y redireccionar sus vidas.
«Begin again» se pasea por las calles de la ciudad, casi sin interiores. Tres géneros convergen e interactúan; comedia, romance y música. Deshilando y rearmando la trama trágica del sentimiento que nos une a otras personas. Un film delicado pero sin demasiadas pretenciones.
Carney logra ecualizar la historia, con la suavidad y solvencia con la que se deslizan en una pista los sonidos de la música. Creíble? Real? Quien sabe. Lo que sí se, es que todos queremos poder creerlo. Es una película a la que hay que asistir despojados de ambiciones y bien dispuestos a dejarse llevar, ingredientes necesarios para disfrutarla con facilidad.