«Koty Ermitazha» (Guardianes del Museo): animales de alta alcurnia

Ya en dicho, en muchas oportunidades, que celebro que haya empresas que desarrollen animación en el mundo y que desafíen la supremacía americana de Dreamworks y Pixar, fundamentalmente. Hay gente que lo hace cada día mejor como los sudafricanos (Triggerfish, sin ir más lejos) y los españoles (Lightbox) pero la industria rusa viene asomando. A juzgar por los resultados parciales, viene más atrás.

Dentro de ese contexto, llega a nuestras salas «Guardines del museo», cinta familiar donde los gatitos son protagonistas. Sabemos que al público menudo esa temática les interesa y es ahí donde se hace foco. La historia presenta a un gatito que vive «fuera del mundo», en una isla, y por esas cosas del destino termina junto a un ratoncito amigo, dentro de un piano antiguo y embarcado hacia un museo famoso en San Petersburgo. Allí se topará con un grupo de felinos «guardianes» que se encarga de proteger el arte, justamente, de las mordidas de los ratones.

Nuestro protagonista, Vincent, le advierte a su nuevo amigo Maurice que no debe «masticarse» el arte, pero el ratoncito le recuerda, que la tradición de su familia, es justamente poner sus dientecitos sobre prestigiosas pinturas para «sentir» y «degustar» (?) su esencia. Los guardianes incorporarán en sus filas a Vincent y custodiarán el museo con máxima atención, porque «La mona Lisa» de Da Vinci, llegará pronto y es un oscuro objeto de deseo no sólo de Maurice, sino de alguien más…

Anticipar más, no sería deseable porque incluiría explicar cuestiones tan discutibles (incluso en este contexto), como un fantasma, un complot delirante y algún secreto aficionado que aspira cambiar el destino del arte, en general.

Vasiliy Rovenskiy, el responsable final, es un hombre que tiene experiencia en la industria local del entretenimiento familiar y que hace lo que puede con este film, que no parece estar en una senda interesante. Soy entusiasta defensor de las empresas indies y los nuevos actores de la animación, pero aquí debo decir que los diseños de arte son muy esquemáticos, las paletas demasiado estáticas y el grado de calidad en la animación, discreto. 

Para la familia, siempre la animación es un buen programa. Lo cual no significa que lo sea para todo espectador. Este es el caso. Pueden llevar a los chicos que en general, la disfrutan, pero ustedes como acompañantes, notarán que la propuesta está lejos de los buenos estándares de la industria en este tiempo.

Más allá de eso, vamos con la animación «indie» global, siempre.

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