«Objetos»: Encontrados

Jorge Dorado dirige en esta coproducción un guion de Natxo López, un policial que gira en torno a la trata y está protagonizado por Álvaro Morte y Eugenia Suárez.

Mario (Morte) es un solitario trabajador en un enorme almacén de objetos perdidos en España. Fascinado con las historias que pueden traer cada una de estas cosas, se preocupa por cuidar y reparar aquello que llega en mal estado. Cuando dragan un río cercano y con la ayuda de su amiga agente de policía (Verónica Echegui), llega a él una maleta podrida en cuyo interior se encuentra el esqueleto de un bebé. Ése es el punto de partida que Mario necesita para empezar él solo una investigación que la policía no va a hacer. Desde ese inicio prometedor la película se va enredando en una trama cada vez más inverosímil.

Su propia investigación lo va conduciendo y de repente Mario se encuentra metido en un hotel de lujo que ofrece a puertas cerradas el servicio de mujeres ahí atrapadas, imposibilitadas de salir de ese negocio. Una de ellas es Sara, la madre del bebé muerto, interpretada por la argentina Eugenia «China» Suárez, que no finge un acento español pero se ve como todos impelida a hablar en un neutro que le suena bastante forzado.

Entre Sara, una mujer tratada como un objeto, y Mario no sólo intentarán escapar de una poderosa red que abarca mucho más de lo que imaginaban, sino que entre ellos, dos personas solas y encerradas, surge una historia de amor que llena el relato de escenas cursis y empalagosas que desentonan con la oscuridad de las temáticas tratadas y que no consiguen generar una emoción genuina.

De a poco, Objetos se despliega como un guion flojísimo donde las revelaciones suenan una más arbitraria que la otra. Todo lo que podía resultar atractivo en un principio se pierde en una historia que quiere hablar de todo pero no sabe cómo hacerlo.

A nivel producción hay un thriller cuidado desde lo técnico, rodado casi en su totalidad en España pero con una última parte en la provincia de Jujuy, que brinda sus paisajes rojizos y montañosos.

Desde lo actoral quien desentona es Suárez, como si no entendiera bien en qué película se halla. Daniel Aráoz (también forzando un neutro en su acento original), en una participación menor pero primordial, hace lo que mejor le sale. Morte, en su rol de detective amateur de quien no se sabe nada de su pasado, consigue impregnar de misterio y decisión a su personaje, con un arco mejor definido que el resto. El problema son todas las redes que el guion va tejiendo entre sus personajes en su mayoría chatos.

Objetos resulta un thriller esquemático pero fallido. Aunque no le falten vueltas de tuerca y revelaciones, todo se sucede de manera forzada y apresurada y lo poco interesante de su premisa no tarda en disolverse en forma de un ridículo rejunte de sinsentidos. Más para ver un domingo en casa cuando esté disponible en streaming.

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