«Oliva»: Todo queda en familia

Dirigida por Luciano Leyrado y escrita junto a Agustin Rolandelli, Oliva es una comedia protagonizada por Juan Leyrado que adapta su obra de teatro Extra Virgen y parodia a la mítica película de Francis Ford Coppola.

Pascual Del Vecchio es un exitoso empresario que lleva adelante una legendaria marca de aceite de oliva. Vive en su enorme y tranquila estancia rodeada de sus olivos. Se trata de una empresa familiar que lleva largos años en la industria, por eso hasta se realizan visitas turísticas para recorrerla.

La historia comienza cuando Miguel, el hijo menor, el que, a diferencia de su hermano radicado en el exterior, fue que se quedó a ayudar a su padre a llevar adelante el negocio, viaja a quedarse unos días y lo hace acompañado de su pareja, Gina. Una relación que lleva un largo tiempo ya, de hecho ella no entiende por qué tuvo que tardar tanto tiempo a conocerlo. Es que Miguel no le cuenta las cosas como son, sino que ella las va a ir descubriendo de a poco, a veces a través de situaciones extrañas que generan confusiones.

En el centro está Pascual, un hombre de aparente carácter tranquilo pero rígido. Lo que esta mujer, que es psicóloga y utilizará su conocimiento a lo largo de toda la película, no sabe es que Miguel le sigue en juego a un delirio que tiene su padre. Pascual se cree un capo mafioso y Miguel y sus empleados de toda la vida fingen situaciones para darle la razón. Todo este enrollo mental fue generado por una mujer, aquella que lo engañó y lo abandonó. Pero actuar es un acto de supervivencia, y para él fue el modo de superar lo trágico de aquel desengaño.

La idea de la película se nota que es apostar por una comedia de exageraciones y absurdos pero lo cierto es que nunca encuentra su tono en esta parodia, porque todo luce demasiado ligero y naif. Por momentos consigue ser algo simpática y hasta lograda desde lo visual a la hora de emular escenas icónicas de la trilogía de Coppola y se nota que Leyrado se divierte jugando a ser un Corleone trucho, pero lo cierto es que el humor resulta gris y anticuado. Los conflictos de una trama que parecería enrevesada y complicada se resuelven todos con una rapidez y facilidad que no permite generar emoción alguna.

El elenco es ecléctico. Además de Leyrado en el centro, Romina Fernandez pelea por su protagonismo con un personaje que se termina convirtiendo en la gran solucionadora. Porque lo que se necesita a veces es una mirada externa, que se permita alejarse del foco. Andrea Frigerio tiene una pequeña participación donde se desenvuelve de manera voluptuosa y exagerada, que al menos al final el guion se lo justifica.

Oliva es una comedia fallida que no logra el humor estrafalario y chillón al que parece aspirar. El guion de vueltas forzadas que solo agrega personajes y situaciones que poco terminan aportando a la trama principal no ayuda.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *