«Chernobyl Diaries» (Terror en…): Actividad radioactiva «paranormal»

Sin dudas, saltar del anonimato al éxito de un día para otro, tiene sus ventajas. Algo así es lo que le sucedió a Oren Peli, este ex programador de sistemas que tras recaudar casi 600 millones de dólares con Actividad Paranormal y sus (por ahora) dos secuelas, parece tener vía libre en Hollywood para escribir y producir dentro del mismo rango. lo que quiera. Y eso fué lo que hizo con «Terror en Chernobyl», un fallido intento por lograr un film de terror que se queda en una descripción de lugares comunes en los que no sobresale ninguna idea en particular.
Filmada con el recurso de cámara en mano, pero esta vez como testigo y no siendo uno de sus protagonistas quien la lleva, el film nos trae al típico grupo de adolescentes, bastante carente de sentido común por llamarlo de algún modo, que una vez más mete sus narices donde no debe.
En esta ópera prima de Bradley Parker (Quien hasta ahora se había desempeñado como asistente de dirección y supervisor de efectos visuales), la trama sigue a Chris (Jesse McCartney, sin parentesco alguno con Paul), a su novia Natalie y a su amiga Amanda por un Tour en Europa. Previo a la llegada del grupo a Moscú, hacen una parada en Ucrania para visitar al hermano de Chris y es éste, quien antes de que sigan viaje, les propone hacer una visita «Ilegal» a Pripiat, la ciudad fantasma ubicada en Kiev y una de las zonas más afectadas tras la explosión del reactor número cuatro en la central de Chernobyl en 1986.
Una vez que aceptan y luego de que se les una una pareja de mochileros, son conducidos a la zona por el guía turístico Uri, que tras ver que el ingreso se encuentra vallado y custodiado, busca otro modo de entrar.
La recreación de la ciudad, con sus calles desoladas, sus edificios viejos, sucios, de paredes agrietadas, hacen de un gran trabajo en el diseño de arte, lo único destacable del film, al punto de creer por momentos que fue filmada en los escenarios reales, cosa que es imposible. Lástima que la sencillez y austeridad del guión no lo sepa aprovechar, porque desde el momento que igresan allí hasta el final, todo lo que vamos a ver es una suceción de escenas previsibles y repetidas hasta el hartazgo dentro del género.
Los cables de la camioneta cortados que les impide partir, la omnipresente amenaza de algo que no se vé, pero se puede percibir alrededor del grupo, son motivos suficientes para que hasta un chico de cinco años se pregunte que es lo que está sucediendo. Sin embargo ellos no se cuestionan nada, no arman un plan para salir de ahí, lo único que hacen es encerrarse en el auto o correr de un lado para otro, tratando de escapar por donde sea y esquivando las zonas más afectadas por la radiación.
Como fiel amante del cine de terror siento que es una pena que con cada film que aparece siga viendo como los recursos e ideas parecen agotarse al punto de no recordar cuando fué la última vez que realmente un producto llegó a hacerme pegar un sobresalto, aunque más no sea. Y este, lamentablente, no es uno de esos casos. Seguiremos esperando…
Anexo de crítica por Rodrigo Chavero
Fui con expectativas muy altas a ver «Terror en Chernobyl». La verdad, pensado antes de entrar a la proyección, es un gran escenario para una peli de terror. Digo, se me ocurría que, a diferencias de las últimas de este director y de otros coterráneos que siguen lucrando con una fórmula similar, esta idea de que el ambiente físico se más grande, explorable, y real (en cierta medida), me parecía una gran idea. Era chico cuando sucedió lo de Chernobyl pero recuerdo con bastante horror y tristeza los luctuosos hechos allí.
Ahora bien, el punto de partida era, arriesgado, siempre las películas donde hay muchas tomas con cámara en mano para potenciar la sensación de realismo se venían trabajando en lugares claustrofóbicos. Pensaba en edificios, hospitales, pequeños cuartos, alguna mina abandonada… Aquí tenemos todo «Chernobyl» para recorrer. Y a la hora del análisis final, no puedo agregar mucho a lo que Roque vio. Coincido con mucho de lo que piensa. Me permito si aportar que lo más valioso que ofrece la película es, la reconstrucción hecha por el equipo de arte, de la ciudad cercana a los reactores de la central nuclear. El estado del poblado, el clima que se respira (radioactivo!) está muy bien logrado. Hicieron un gran trabajo ahí. Donde sí no tuvieron tanta lucidez fue en la realización del guión, que transita por caminos ya recorridos y no sorprende demasiado.
Si, creo que si el tema les interesa, hasta habría que darle una oportunidad. Los primeros 20/30 minutos son interesantes y nos colocan, de alguna manera extraña, como testigos de una historia (más allá de que sea una reconstrucción) sobre la cual es importante saber: la peor catastrofe nuclear en una planta en nuestro tiempo.
Quizás, solo por eso (y no tanto por la historia en sí), deberían ir a verla.