
«Errata»: fotogramas de un enigma con forma de mujer
Lo primero que llama la atención en esta ópera prima de Iván Vescovo, es su artificiosidad y mixtura de géneros. Si bien puede definirse como «film noir» a «Errata», lo cierto es que este recorrido filmado en prolijo blanco y negro tiene muchos matices a los que hay que prestar atención: un reparto interesante, una trama inestable (y errática de a ratos) pero enigmática y un interesante ritmo narrativo.
La «errata» es un error cometido en la impresión de algunos textos literarios. Expresa sutilmente la opinión del editor (o no) y puede dar un valor agregado a ciertas ediciones de clásicos. Aquí Vescovo juega con ese título, para presentarnos una historia donde Ulises (Nicolás Woller), un fotógrafo enamorado que tiene que leer varias veces su propio camino para encontrar las señales que resuelven el verdadero sentido de su coyuntura.
Veamos. Nuestro protagonista conoce a la bella Alma (Guadalupe Docampo) y comienza una relación pasional y de sincero compañerismo con ella. Sin embargo, algo no se siente bien. Al poco tiempo de verlos en escena, ella desaparece. Así como un torbellino, la mujer deja un rastro extraño de pistas sobre su paradero. Su novio, luce desequilibrado y vencido: la extraña y quiere dar con ella, pero sus pasos hacia la verdad son torpes y descuidados.
En esa vuelta, Ulises va en busca del pasado de Alma, para explicarse que le sucedió a su amada y saber si ella aún está con vida.
Durante la investigación casera y rudimentaria que emprende, da con varios personajes que comienzan a complejizar el escenario (y volverlo un poco caótico) y le permiten trazar alguna estrategia para dar con Alma. Allí tendremos a secundarios de lujo aportando pequeñas escenas con Woller, entre los cuales se destacan Martín Piroyanski, el enorme Arturo Goetz y Federico D’Elía. Habrá un objeto material de deseo que se propone como solución y una disposición hacia el crimen que no queremos develar.
El registro, hay que reconocer, parte de una buena idea pero quizás, en el afán de la realización por mostrar a esta «Errata» como arriesgada y dinámica, de gesto nervioso y cámara inquieta, se pierde de vista la unidad y eso pesa a la hora del balance final.
Hay un esfuerzo por componer en base a fotogramas que no ensamblan, a imágenes que traslucen significados múltiples y a proponer debates sobre lo literario (la cuestión planteada sobre la errata del libro de Borges) que suman muchos elementos y no lucen bien ensamblados y hasta pueden pecar de artificiosos. Pasamos del drama romántico al thriller ingenioso en algunos pasos y no se siente natural.
Sin embargo, dentro de ese puzzle que presenta el guión, hay que destacar la fuerza que Vescovo desparrama en todo sentido: hay fibra en el relato. Dentro de la economía de recursos de una producción de corte independiente, hay una sana intención por sorprender que debe ser tenida en cuenta.
“Errata” es un primer ensayo de un director que tiene todas las condiciones para ser de primera línea en el cine nacional. Habrá que prestar atención a sus próximos pasos.
Anexo de Crítica por Verónica Quírico
Iván Vescovo (ganador de una mención especial del jurado en Mar del Plata en 2010 con su corto “Todos tienen algo que ocultar excepto yo”) nos sorprende con su ópera prima «Errata». Juega con elementos fantásticos en un relato anacrónico que describe los sucesos en el intrincado proceso mental del protagonista. Una mañana cualquiera Ulises (Nicolás Woller) se despierta y no encuentra a Alma (Guadalupe Docampo). Simplemente desapareció.
De ahí en más, no sabremos si realmente ella existió o no, ya que por momentos el entra en un estado de ensoñación que invita al espectador a dudar sobre su existencia. Sin embargo, convencido de poder hallarla se sumerge en una búsqueda incansable, pero en cada paso hacia su encuentro va descubriendo los oscuros aspectos de la vida de su novia, que obviamente el, no conocía.
Pronto, en su mar de recuerdos, vislumbra algunas pistas que dirigen su interés hacia el profesor de Alma (Claudio Tocalchir) y comienza a indagar. Su desesperación por encontrarla y su obsesión con un particular libro de Jorge Luis Borges, nos llevarán, entre giros y contragiros, a una resolución inesperada de la historia.
Un plan mayor que unifica casi al final, un relato que a lo largo del film parece inconexo. La película tiene una imagen con rasgos distintivos, propios y su blanco y negro constantes no hacen mas que reforzar un clima singular que desvía la mirada de los detalles del fondo y la coloca con firmeza en la secuencia narrativa. Con las actuaciones de Claudio Tolcachir, Vanesa González, Federico D`Elía, Boy Olmi, Martín Piroyansky, Arturo Goetz y Carla Quevedo, “Errata” se estructura alrededor de su propio significado: una errata es un error cometido en un impreso o manuscrito, que puede convertir a un libro en una pieza única, irrepetible.
La realidad y los recuerdos, como así también las imágenes y el relato se mezclan constantemente lo cual exige al espectador un grado de atención intenso para poder seguir el hilo conductor de la historia y a la vez, no perderse de los detalles.
Errata resulta sert un producto interesante que tiene las señales claras de hacia donde va su director y con seguridad, sequirá sorprendiendonos mas y mejor.