
«Get the gringo» (Vacaciones explosivas): el regreso del loco malo
El primer pensamiento que aterrizó en mi cabeza cuando terminé de ver «Get the Gringo«, e incluso antes de que finalizara, fué: Gracias Mel Gibson por volver a interpretar a un personaje que te hemos visto hacer muchas veces, en tus inicios, y que ya estábamos extrañando. Un personaje que puede ser bueno, malo, loco, cínico, irónico, pero por sobre todo, un personaje que a lo largo de la hora y media que dura el film, se hace querer. Esto no quiere decir que la película sea perfecta, porque no lo es y dista mucho de serlo. Pero a la hora de poner en la balanza pro y contra, terminamos por ver un producto que entretiene, no aburre, con mucha acción y grandes dosis de humor.
Dirigida por Adrian Grunberg (quien ya había asistido al propio Mel Gibson en la dirección de Apocalypto) y co-escrita y producida por el mismo Mel ( sin estreno comercial en los Estados Unidos y lanzada directamente al mercado hogareño mediante el sistema PPV ), el film comienza con una espectacular persecución, muy bien filmada, en la frontera entre Estados Unidos y Mexico. La policía (de ambos lados del metálico muro que divide los países) persigue a dos delincuentes, disfrazados de payasos, que escapan con un millonario botín.
Una maniobra peligrosa hace que los fugitivos vuelquen, terminen del lado Mexicano, y los agentes con su dinero. Es así como nuestro protagonista termina en una carcel-pueblo (llamada El Pueblito), altamente vigilada, donde no hay reglas y solo rige la ley del más fuerte. Con mucha astucia y picardía, este anti heroe se va haciendo un lugar, mientras que no para de pensar en como recuperar el dinero que le quitaron. Hasta que conoce a un níno de diez años que dice ser especial (en cierto modo lo es, sinó que haria un niño en un lugar así?),
Y todo cambia. Todo esto en los primeros veinte minutos del film, así que imagínen todo lo que puede llegar a pasar en los noventa que dura? El ritmo es muy acelerado y no decae en ningún momento. Una impecable edición y un trabajo de fotografía con unos colores fuertes, entre amarillo y anaranjado, (que recuerdan a Traffic de Steven Soderberg e intentan transmitir ese aspecto de viejo, sucio, hasta sentimos que podemos oler la suciedad que habita el lugar) son los puntos fuertes del film. Al igual que la exquisita banda de sonido, que incluye desde «Padre nuestro» de Los Fabulosos Cadillacs, hasta «Sabor a mí» en la hermosa versión del Trío Los Panchos a dúo con Eydie Gormé y grabada hace casi medio siglo.
El por momentos excesivo uso de cámara lenta y congelamiento de la imagen (con relato en off incluído), convierten al film en un producto más cercano al estilo de Tarantino y Robert Rodriguez que al que Icon (Productora de Mel Gibson) acostumbra a producir. Si esto es bueno o malo, depende de cada espectador. Así como también le puede jugar en contra que, siendo corto el film, muchos sean los personajes que entran y salen se escena, pudiendo confundir por momentos y hacer que nos preguntemos (si no se está muy atento) quién era o que fué de tal o cual personaje.
Así y todo el resultado final es una película no va a ser un hito, pero que se disfruta de principio a fin y es técnicamente impecable . Hoy en día, eso, es mucho más que suficiente para salir satisfechos del cine y con la sensación de haber asistido al regreso del mejor Mel Gibson en años.
Anexo de crítica por Claudia Smithee
En general, nunca me gustaron demasiado los films de acción de Mel Gibson. No es que no reconozca su trabajo pero… Pertenece a una generación pasada y ha sido reemplazado (como muchos otros) por sangre nueva. Hollywood es así. Pero cada tanto (hace poco pasó con «Expendables 2»), alguno de ellos regresa. Y sus fans sienten esa vuelta como algo necesario y fuerte.
Eso sentí viendo «Get the gringo». No puedo decir que haya sido una película que me haya atrapado, como espectadora. Si, reconozco su impecable factura técnica (la primera parte, es excelente) y el humor negro que el viejo Mel le pone a las secuencias donde abunda la sangre, lo cual hará las delicias de sus fans, con seguridad. El argumento es esquemático pero paga: México parece ser una tierra fecunda para los negocios sucios según la mirada americana (no?) y si bien creo que lo mejor transcurre en los iniciales 30 minutos de proyección, es cierto que «Vacaciones explosivas» es una cinta entretenida.
Como notas de color, hay algunos rasgos de la personalidad del «conductor», que vale la pena resaltar: hay un posible romance con una latina corriente, un lazo particular con un niño que fuma mucho (?) y alusiones a personalidades de la industria que mejor no anticipar. Digamos también que Gibson quiso divertirse como en los viejos tiempos, sin dudas y eso se nota en el impacto visual de las torturas, muertes y escenas de consumo de drogas que abundan en el film… Tanto, que hasta participó del guión… Para la comunidad del Sur del Río Grande, es también importante que sepan que casi el 40% de la cinta está hablada en español (que tal? Esperemos «Casa de mi padre» eh!).
Si les gusta la acción directa, de la vieja escuela y tienen ganas de vacacionar en una cárcel de la frontera mexicana, esta es su película. La van a pasar bien si la eligen.