
«Super Mario Bros»: la magia de un gran videocharacter
La eterna discusión ¿Cuántas posibilidades hay que darle a una película? ¿Puede un film que nos haya gustado en su momento convertirse posteriormente en uno de nuestros preferidos? Pues en mi caso sí, y la prueba es Super Mario Bros.
Recuerdo haberla visto allá por 1993, en pleno auge del videojuego y simplemente detestarla, como lo hizo casi todo el mundo. Hay que decir que tampoco la tenía fácil era el año de El último gran héroe y de Jurassic Park que rápidamente se convirtió en el film más taquillero de la historia.
La cosa es que este clásico film de aventuras se fue al tacho en las recaudaciones, crítica y público lo odiaron y pasó a la historia para muchos como una de las peores adaptaciones de videojuegos, sino es que integra alguna lista amplia de peores films en general. Me tragué esa historia, la vi en VHS con mala predisposición y nunca más la volví a ver hasta hace algunos años en que el DVD cayó en mis manos… y la adoré.
Era complicado en ese entonces hacer una adaptación de un videojuego, Super Mario Bros. es una de las primeras que se hizo, y lo cierto es que los “jueguitos” en 8-bits (los del Family) no tenían demasiada historia para contar, en casi todos arrancaba el juego directamente, y por más que luego se creara toda una mitología alrededor suyo, estas historias se complicaban para ser trasladadas en un guión cinematográfico.
La verdad es que los directores y guionistas tomaron un rumbo diferente al del original de Nintendo, ¿y qué? Quizás ambos puedan convivir. Acá Mario y Luigi (Bob Hoskin y John Leguizamo) son los hermanos fontaneros que conocen a la arqueóloga Daisy (Samantha Mathis), prácticamente la misma noche en la cual ella es secuestrada por dos extraños hombres que atraviesan la pared de una alcantarilla.
Sin dudarlo, los chicos siguen el rastro, atraviesan el portal y caen en Dinohattan, por supuesto, una versión alternativa de Manhattan gobernada por el cruel Koopa (Dennis Hooper) en un mundo donde los dinosaurios no se extinguieron y evolucionaron en formas humanoides.
Allí, Mario y Luigi conocen al rebelde Toad quien se les une en el rescate de Daisy que ahora descubrió que se trata de una princesa que debe heredar el trono de ese universo. Bueno, el argumento no es una maravilla y suena algo ilógico, pero es una invitación a una hora cuarenta minutos de pura aventura y diversión. Casi podríamos decir que marca una brecha entre la inocencia de la aventura en los años ’80 y la más seria tecnificación de FX’s de los noventa.
A diferencia del juego, ahora la acción transcurre casi toda de noche y abundan los ambientes oscuros, la ropa de cuero, y cierto aspecto putrefacto proveniente de los hongos (ya no son esos bichitos con gorrito).
Pero para contrarrestar eso tenemos humor en abundancia, canbdidez en los hechos, y mucha mucha simpatía aún en los villanos. El dúo de directores Annabel Jankel y Rocky Morton venían de dirigir la genial serie y telefilm Max Headroom y el film de culto Muerto al llegar, y mucho del aspecto visual de ambas se encuentra aquí como una marca registrada (basta ver a Copa como un Max Headroom animal).
La construcción de personajes también es muy simpática y querible, y si le sumamos efectos respetables y una banda sonora muy interesante (que nunca fue lanzada oficialmente como tal), hacen un combo delicioso. Super Mario Bros. nos invita a sacarnos el prejuicio, bien vale darle una oportunidad, la mirada de la retrospectiva, es un film como los que ya casi no se hacen. Si gustan de las películas en donde lo que prima es la aventura sin fin, esta no pueden dejarla pasar, de seguro va a tener más de un atractivo para ustedes.