«The Words» (Palabras Robadas): Entrelineas

Trato de recordar cuando fué la última vez que una película me atrapó desde su primera escena y logró mantenerme así durante todo su metraje, y la verdad no lo sé. Podría decir “Inception”, por citar alguna, y no sería ninguna casualidad. 

Aquel film de Nolan nos mostraba en un determinado momento una acción que transcurría en un sueño, dentro de otro sueño, dentro de otro, dentro de otro, lo que nos acerca en cierto modo a “Palabras Robadas”, ya que nos presenta tres historias que se suceden del mismo modo, excepto que no son sueños, sino tiempos, épocas y personajes diferentes, pero que guardan cierta conexión que se irá develando a lo largo de los cortos 100 minutos que dura la proyección.

Un libro que dá nombre al título original del film «The Words» es lo primero que vemos en pantalla y luego, ante un auditorio repleto, su autor Clay Hammond (Dennis Quaid) comienza la lectura del primer capítulo en el que nos presenta a Rory Jansen (Bradley Cooper), un joven escritor que hace tres años dejó de trabajar para dedicarse a escribir y solo su mujer Dora (Zoe Saldana) parece entenderlo.

En su luna de miel en París y recorriendo tiendas de antigüedades ve un viejo maletín de cuero que le gusta y ella se lo compra. Ya de regreso recibe la llamada de un editor que lo cita solo para elogiar su obra que tanto tiempo le llevó escribir, pero que no va a publicar ya que no cree que haya público acorde a esa «obra de arte», como define a su novela. Abandonada la ilusión, va a archivarla en el viejo maletín y encuentra dentro de uno de los compartimientos un viejo manuscrito que luego de leer y maravillarse por semejante obra, la transcribe palabra por palabra y la hace suya.

El éxito, la fama, el reconocimiento y los premios no tardan en llegar, así como la aparición de un misterioso anciano que cambiará el curso de esta historia y dará paso a una nueva, momento en el que Clay comienza a leer el capítulo dos y la presencia en el público de una joven llega para crear una nueva incógnita. Es en esta etapa del libro donde Rory conoce a quien dice ser el autor de su novela, un «Viejo» (su nombre no se conoce) interpretado por Jeremy Irons que plasmó en esas páginas una historia de amor, pérdida y dolor que vivió en París a fines de la segunda guerra mundial, dando paso a un extenso flashback, bien logrado, pero tal vez el momento de menor acierto de todo el film en cuanto a lo narrativo.

«Todos tomamos decisiones equivocadas en la vida, sólo tenemos que aprender a vivir con ellas»… le dice el anciano a Rory, y las consecuencias están muy bien planteadas en este film que los debutantes Brian Clugman y Lee Sternthal escribieron y dirigieron con gran solidez. Sabemos que une a Rory con el anciano; pero que conexión guardan con Clay y quién es esa joven que atentamente escucha en la platea?

Tal vez en el final, que a más de uno puede desconcertar si no se está atento, lo sepamos. En cuanto a las actuaciones, tanto Dennis Quaid como Jeremy Irons y Zoe Saldana están tan bien como pueden estar y de Bradley Cooper solo puedo decir que luego de “Silver Linnings Playbook” y ahora este film, va camino a pertenecer a ese grupo de actores que optaron por dejar de ser solo una cara bonita y mostrar de lo que son capaces de lograr. Tres historias, tres personajes, dos novelas. Un film atrapante, muy bien logrado y con buenas actuaciones. Sin dudas una ópera prima que no hay que dejar pasar por alto.

  

Anexo de crítica por Jessica Johanna

Una historia dentro de una historia dentro de otra historia. «The Words» tiene tres líneas primordiales, una dentro de la otra.

Un escritor (Denis Quaid) presenta su libro «The Words»a la vez que conoce a una joven y bonita estudiante (Olivia Wilde). Este libro trata sobre otro escritor (Bradley Cooper) que por fin encuentra el éxito con su libro, que no es suyo en realidad, pues llegó a él casualmente y no pudo evitar adueñarse de él. La tercer historia es la del anciano (Jeremy Irons), quien escribió esas hojas y cuenta cómo las concibió y cómo las palabras lo alejaron de la mujer que amaba.


La historia en la que se ahonda con mayor profundidad es la protagonizada por Bradley Cooper y Zoe Saldana. Vemos las ganas que tiene él de poder vivir de aquello que le gusta, y lo mucho que le cuesta, las muchas puertas que se le cierran, quizás porque todavía no encontró su voz, sus palabras. «Él la amaba. Amaba Nueva York. Pero en la noche, cuando la ciudad por fin estaba tranquila, escribía». Rory y su mujer viajan de luna de miel a París y de allí él vuelve con un maletín y una historia. La historia de la cual termina adueñándose, se adueña de esta voz, de estas palabras.

Pero no termina de quemarle la conciencia hasta que aparece este anciano, un Jeremy Irons envejecido, que le cuenta el precio que pagó por ese libro que perdió. Tanto Cooper como Irons brillan en sus escenas. De Irons ya sabíamos, él es uno de los actores más grandes. Cooper está muy bien encaminado y si no los mando a ver (otra vez, seguramente) «Silver Linings Playbook». Zoe Saldana no está más que correcta.


Entre Dennis Quaid y Olivia Wilde la relación actoral es despareja. Ella entrega todo lo que podemos esperar, es indudablemente bella y no actúa mal. A Quaid se lo nota un poco más incómodo. Y la insinuación que se da al final de esta historia es casi innecesaria, poco aporta a la historia, sobre todo después de verlos discutir el final que tiene el escritor ficticio en su novela.

La película empieza de manera muy interesante pero va decayendo a medida que avanza. El final puede dejar camino a varias interpretaciones y eso está bien. Alguna referencia a Hemingway (y no me refiero sólo a la placa que aparece con su nombre), unas buenas actuaciones, y reflexiones sobre la importancia de las palabras como voz propia, son los elementos principales por lo que recomendaría esta película, que si bien le falta un poco de chispa, y no escapa a clichés, es entretenida.

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