«Sound of freedom» (Sonidos de libertad): el crudo rostro del tráfico de niños y niñas

A veces hay películas, que no hay que juzgarlas por lo que son, sino por lo que significan en su contexto. Creo que eso es lo que sucede con «Sound of freedom», una cinta original de 2018 que fue defendida por sus productores con uñas y dientes para evitar que quedara cajoneada por distribuidores a los cuales su temática no les interesaba.

Lo interesante es que hubo varios interesados en comprar esta «indie» para después archivarla. Es decir, no elegirla para llevarla a salas. Teorías sobre porque se dio esto, son varias. A mi me parece, humildemente, que nadie pondría dinero para comprar sus derechos de distribución, si no tuviera una intención de ganar dinero, o de evitar su estreno. Y si se detienen un segundo para pensar… ¿Para que comprar algo que vos crees que no tiene valor?

Me deja pensando. Considero que «Sound of freedom» es una cinta valiente porque narra una historia poderosa sobre la trata de niños y niñas. No hay nada en pantalla grande (aunque sí hay series) en los últimos años, que ponga en blanco sobre negro el problema. Creo, en ese sentido, que desde lo cinematográfico, es una historia simple y con una intensidad que se circunscribe al conflicto que presenta.

La historia es sencilla, heroica (y real) pero todo sale demasiado bien de principio a fin. No es un film de acción, tampoco de suspenso puro… Entiendo que es un film de denuncia. Es gráfico con la cuestión (que es gravísima y nos debe apelar como sociedad) pero a la vez, cuidadoso y respetuoso de la historia y sus personajes. No es «The Godfather», ni nada parecido, desde ya.

Si me apuran, es un producto menor cuyo mayor activo es, insisto, el valor de la trama y todo el proceso de concientización sobre este flagelo internacional.

Alejandro Monteverde presenta una biopic sobre un agente federal americano, Tim Ballard (Jim Caveziel) que se especializa en capturar pedófilos en USA. Un día apresa a uno en particular, y cansado de que nunca rescata a los niños y niñas que han sido secuestrados para ser obligados a ser esclavos/as sexuales, decide engañar al hombre y llegar hasta un contacto extranjero que le permite liberar al primer prisionero.

Tim inicia entonces una cruzada que lo llevará a Cartagena, donde trabará relación con un agente local, Jorge (Javier Gadino) y con un millonario particular, ex-colaborador de los narcos, Vampiro (Bill Camp) con quienes iniciará un complejo proceso para desbaratar una importante red de trata local.

«Sonidos de libertad» tiene claro, desde el principio, que debe tocar la fibra del espectador. Cazaviel le da un tono cristiano y parco a su personaje, ofrece pocas líneas de diálogo y marca un tono lacónico donde su rostro expresa la angustia y dolor que la tarea le provoca. Lo acompaña como su esposa, la prestigiosa Mira Sorvino, con pocas pero correctas intervenciones.

Debo decir además, que me preocupa que en la cinta, los delincuentes son del centro y sudamérica… cuando el problema es global, a todas luces (las leyes del mercado diría un economista). Hay una visión simplista que creo podría ser desafiada de otra forma.

Pero en ese caso, estaríamos pidiendole demasiado a «Sound of freedom». Hay que tomarla como un vehículo de difusión de una problemática seria que nos apela y conmueve a todos en todas partes. En ese sentido, hay que apoyar su propuesta y verla en sala, como Cazaviel pide en toda entrevista que se le concede. Por eso, se está demorando su llegada al streaming. Fue una jugada arriesgada y salió bien, así que felicitaciones al equipo de Angel Studios (famosos por su serie «The Chosen» que va por la cuarta temporada).

Es un éxito enorme y su labor, está sobradamente cumplida. ¿Deben verla? No tengo dudas de que sí. Nadie puede permanecer indiferente frente a la realidad que muestra. 


 

 

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