
«Ventana Sur»: Latinoamérica Vive
Más de 100 filmes de todos los países latinoamericanos se pudieron ver en la quinta edición de Ventana Sur. A estas películas provenientes de Latinoamérica hay que sumar también las más de 24 que se exhibirán sólo para ejecutivos, programadores y distribuidores en “Cinema Made In Italy”, con lo más reciente de la cinematografía italiana.
Las jornadas de screenings este año se han multiplicado y contaron con gran cantidad de asistentes en los cines de Cinemark Puerto Madero. Y esto más allá del resultado final obtenido por cada una de las cintas (es decir, si logró venderse o no) que podía ya vislumbrarse en algunas de las funciones (cantidad de gente que se levantaba a los pocos minutos) o en el área de negocios por el trabajo de los distribuidores.
A continuación el detalle de alguna de las cintas que con mucha expectativa participaron de esta edición de Ventana Sur.
El director Neto Villalobos nos cuenta en “Por las plumas” (Costa Rica, 2013) una entrañable historia de amor y amistad a partir de el Chalo (Alan Acosta) un sereno de una fábrica abandonada obsesionado por conseguir un gallo de riña para poder salir con los triunfos de la pobreza.
Para Chalo todo es trabajo y más trabajo, en un lugar donde nunca pasa nada. Un día, Candy (Sylvia Sossa), la empleada doméstica de la casa vecina a la fábrica, le solicita ayuda para encontrar a “Brandy” la perra de la dueña. En el sólo hecho de prestarle ayuda comienza una amistad a la que luego se sumará Jason (Marvin Acosta), el relevo en el trabajo de Chalo. Todos apoyarán a “Rocky” el gallo de riña de Chalo para que gane la pelea.
Villalobos logra una naturalidad en la dirección que por momentos uno siente estar viendo un documental más que una película de ficción. Quizás esto se potencia porque los protagonistas no son actores en la vida real. El amor, la amistad, la esperanza de progreso vendiendo productos de Avon, la religión por encima de las necesidades, de todo eso habla “Por las plumas” con gran intensidad.
“Naomi Campbel” (Chile, 2013) es una película documental que refleja la vida de Yermén, una transexual que intenta vivir en el Chile actual a pesar de la discriminación que sufre a diario.
Los directores de la cinta, Nicolás Videla y Camila José Donoso no sólo registran con su cámara a modo de “espiar” la vida de la protagonista en su realidad diaria (como mujer, en su intimidad con su pareja, en su trabajo en un call center como tarotista telefónica), sino que además le brindaron una pequeña videocámara para que ella misma pueda mostrar algunas reflexiones e intereses.
Por este motivo la película deambula entre un documental casi ficcionado y el registro símil videodiario de los reality shows. Justamente, sobre este punto, el nombre de la película se debe a un personaje que conoce Yermén en sus eternas entrevistas para poder ingresar a un programa sobre cirugías en el que podrían cumplirle su sueño de cambiar de sexo.
Naomi Campbel es una joven centroamericana que desea también ingresar al programa para que la operen y así pueda trabajar de doble de la modelo norteamericana.
.La profundidad y total comunión que logran los realizadores con Yermén (quien es mostrada como un ser profundo, meditabundo y soñador) como así también con la realidad chilena que muestran (una realidad cruda, desnuda, marginal y desgarradora) hacen de esta propuesta más que un comentario sobre una anécdota (cambio de sexo) una reflexión necesaria.
El realizador mexicano Hari Sama (“Sin ton ni sonia”, “El sueño de Lú”) dice presente en Ventana Sur con “Despertar el polvo”(México, 2013), de reciente proyección en el 28 Festival de Mar del Plata.
“Despertar…” muestra a El Chano (Donaciano Hernandez Pérez), un vagabundo que habita un barrio marginal de México durante su cotidianeidad (cartonear, tomar alcohol, dormir) hasta que es buscado por Rosa (Mercedes Hernández) para que la ayude a juntar dinero y así sacar a su hijo de la cárcel.
La película está dividida en dos etapas bien disímiles entre sí, una bien descriptiva (El Chano en sus tareas) y otra de acción (El Chano tratando de salvar a su ahijado y a Rosa y luchando con la corrupción policial).
Entre ambas componen un filme contundente y verosímil que genera compasión durante todo el metraje por el protagonista y que se aleja de la imagen del México ideal que intentan mostrar las telenovelas.
Y desde Perú llegó “Encadenados” (2013) un filme coral y espiral, de esos que terminan cerrando las historias con las que empezaron. Miguel Barreda Delgado, teje a partir de diez personajes y diez monólogos las contradicciones de los mismos y los anhelos más profundos que poseen y que siempre los esconden de los demás.
Adulterio, enfermedad, secuestro, muerte, algunos de los tópicos que escoge el director para mostrar la soledad que se vive en el siglo XXI en una megalópolis.
Si bien hay historias más potentes e interesantes que otras, los 122 minutos que dura el largo, sólo al inicio se hacen tediosos (la vida de la ama de casa, que no tiene nada para hacer, creo que es la historia más contundente del filme).
Algunos diálogos poco creíbles en situaciones no acordes (ejemplo, una persona que tortura a otra y dice frases símil manual de autoayuda) pero la delicadeza de poder mostrar un universo dispar hacen de esta película un gran ejercicio de rompecabezas a completar por el espectador. Grandes películas para una nueva edición del mercado de películas más importante de Latinoamérica.